
Para terminar con las novedades correspondientes a 2024, fruto de nuestro empeño en seguir mejorando la información ofrecida a través de nuestros catálogos web, os informamos de que hemos incorporado a nuestras bases de datos y publicado 1142 fo...
Continuamos con las novedades del otoño en el portal web de SIPCA, cuyos objetivos son solucionar lagunas en nuestros catálogos y seguir mejorando de forma permanente la información ofrecida a través del portal.Y en esta ocasión hemos incorporado a n...
El ábside constituye uno de los restos de la antigua iglesia románica, de planta semicircular, cuyos gruesos muros están abiertos a media altura por un vano cegado en arco de medio punto adornado de doble abocinamiento; va cubierto con bóveda de crucería sencilla. El espacio interior del ábside quedó enmascarado con la colocación en el siglo XVII del retablo mayor, delante del cual se colocó el altar.Al exterior el ábside está recorrido longitudinalmente por dos contrafuertes cuyo remate se practicó en la misma piedra sillar. En el siglo XVI los muros del ábside y los contrafuertes se recrecieron hasta alcanzar la altura de los muros de la nave, también recrecidos en ese momento. Posteriormente se adosó al muro de la epístola una estancia de planta rectangular y cubierta por bóveda de crucería estrellada, que cubrió en parte uno de los vanos en arco de medio punto abiertos en el ábside tras la reforma renacentista.
Tiene nave única dividida en cuatro tramos, va cubierta por bóvedas de crucería estrellada que apean en arcos fajones de medio punto, los cuales arrancan directamente de los muros de sillar que gracias a la reforma del siglo XVI adquirieron una gran altura creando un espacio de proporciones alargadas, de acusada verticalidad. A ambos lados de la nave a la altura del primer tramo abren dos capillas comunicando con el espacio del crucero mediante dos arcos de medio punto con perfil moldurado apeados en columnillas adosadas de fuste estilizado y capitel sencillo.Ambos espacios se cubrieron con bóveda de crucería estrellada a menor altura que la nave, y están abiertos en los muros longitudinales con ventanas de medio punto con abocinamiento doble; en el muro del evangelio se adosa la torre, y a los pies se situó el coro elevado; en el muro de la epístola se abrió el acceso, entre el tercer y cuarto tramo, desde la calle. Al exterior la fábrica de muros reforzados por contrafuertes, presenta un volumen potente al que se añadieron volúmenes secundarios, de elegante traza y definido por una característica austeridad ornamental, determinado por el uso de la piedra que armoniza con el entorno circundante del valle.
La torre-campanario posee una estructura muy sencilla, con paramentos lisos tan solo abiertos en la parte superior con cuatro vanos de medio punto, y se cubrió con sencilla cubierta a cuatro aguas.
La portada está abierta en el muro sur de la nave, y protegida por un pórtico abierto al frente con cuatro arcos de medio punto, y cerrado por techumbre de madera, y pavimento empedrado; presenta un pequeño poyo en el tramo este. Se trata de una portada en arco de medio punto con doble arquivolta, siendo la más interior de medio bocel, y la exterior de ajedrezado jaqués. Entre ambas se dispone una fila de bolas. El tímpano apea en una imposta decorada con motivos florales que a su vez apoya en dos columnas de fuste cilíndrico, basa sencilla y capiteles con decoración figurada, en los que se representan formas vegetales (piñas o racimos de uvas). Este tímpano está soportado por dos salmeres en voladizo, con decoración figurada a modo de pájaros enlazados picándose las patas. Tan sólo presenta el crismón, habiendo desaparecido la supuesta decoración escultórica que falta.
El coro situado en el tramo de los pies, se accede por medio de una escalera cobijada por un pequeño volumen reflejado al exterior. Soportado por una armadura de madera de tradición mudéjar, sostenida por tres jácenas apoyadas en ménsulas que presentan decoración esculpida figurada a base de animales.
Asimismo la balaustrada de madera torneada que delimita el coro, se apoyó en canecillos con cabezas de animales esculpidas de traza esquemática.
Al exterior el muro del hastial presenta un arco de medio punto cegado en la parte baja, y un vano en arco de medio punto de iluminación.
El momento álgido de construcción de puentes en nuestra región, cuando se levantaron más y mejores obras, tuvo lugar entre los siglos XIII y XVI. Tras haber conocido en nuestro anterior podcast las circunstancias históricas que rodearon y favorecieron la eclosión de este fenómeno durante la baja Edad Media, hoy os proponemos emprender un viaje. A lo largo de antiguas rutas comerciales, cañadas trashumantes y caminos de peregrinación, recorreremos las tres provincias aragonesas, atravesaremos los puentes más interesantes y os descubriremos los más recomendables para visitar.
Jesús Vázquez ObradorSabiñánigo, Comarca del Alto Gállego, 2002